Nieve y sonrisas

El día 28 de Febrero nevó en Granada capital, como en tantos otros lugares de España.

Fue un regalo inesperado.

Me calcé unos calcetines calentitos y mis botas, y contenta, como si fuera casi la primera vez, tomé el bus urbano -pues no me atreví a coger mi coche- como si fuera una turista más, para recorrer tranquila -era temprano y festivo- las calles nevadas.

Hacía tanto que no caía la nieve de esa manera en la capital...recuerdos de mi niñez me llevan a días sin colegio porque no se podía circular, a muñecos de nieve en pleno centro que duraban días y días..., a risas, a manos y pies fríos, a bromas...a chocolate caliente y reparador.

Y lo que más recuerdo de este nuevo paseo en ese autobus urbano, son las caras de felicidad, de nuevo...

¿Cómo brillan los ojos cuándo estamos contentos, verdad? 

Daba igual mojarse, y eso que en algunos momentos cayó un poco amable granizo, pero se oían gritos de sorpresa, carreras para ponerse a resguardo, enamorados intentando que un solo paraguas los protegiera a los dos, o quizás el paraguas pequeño era una excusa perfecta para caminar o correr mas juntitos...

Los niños...esos que nos dan lecciones todos los días..., pletóricos, radiantes, contentos...muchos de ellos será la primera vez que han visto sus calles, el patio de su casa, su parque ...blanco.

Hay que hacer algo para que nos brillen los ojos más a menudo, quizás pueda ser fijarnos en todas aquellas pequeñas y grandes cosas que se nos regalan a diario -como ese día la nieve- o simplemente sea fijarnos en los que tenemos más cerca a ver si los ojos les brillan o no, y si podemos hacer o contribuir algo en ello.

Y aunque ciudadana del mundo me considero, les dejo unos enlaces a fotos de esta ciudad en la que vivo, cubierta de blanco...inmaculada...esperando que dejemos nuestra huella de buen hacer... con nieve y sin nieve.

http://zoom.ideal.es/galeria/la-nieve-vista-por-granada-iii.html

http://zoom.ideal.es/galeria/2013-02-28-creatividad-nieve-dos.html

Otra más, de una excelente persona y buen fotógrafo, Vicente:

y no podía faltar , la mejor anfitriona de esta ciudad, La Alhambra, y sus jardines, El Generalife:



Cristina Ordóñez
Comenzando este mes de Marzo, meses de nieves, meses de bienes...!!

Huellas

Me han pedido que escriba para el último número de la revista GEA, después de más de 8 años de vida de la misma y en la que he colaborado cada mes, durante más de un año.

Pero... no me gustan NADA las despedidas –quizás porque me despedí muchas veces…-, soy más de Acogidas, de Bienvenidas, de "Holas", así que fue caminando descalza por la orilla de la maravillosa playa de Cambriles, -no se confundan con Cambrils pues ésta que les nombro, es sureña- tuve claro cuál iba a ser mi forma de  despedirme: hablándoles de Huellas, de Pisadas, de Caminos…

Algo desaparece, como nuestras pisadas en la arena,  pero al mismo tiempo, puede permanecer…de hecho, lo hace...como tantas cosas que habitan en nuestro interior,

como el mero recuerdo de esas pisadas cuya huella se antoja efímera,  pero que sin embargo, cuando llegue el invierno, en cualquier momento,

podrán volver a tener vida en nuestra memoria, 

y llegarán cargadas de las sensaciones de nuestros pies en la arena, 

de la brisa fresca y húmeda del mar,

del sol que calentaba en su versión más amable, 

de esas personas -compañeros fugaces- que nos cruzamos paseando, y el sentimiento de que esos pocos, en ese momento, éramos sin duda, unos privilegiados a los que el día nos

regalaba, esa luz especial -premio a los madrugadores-, 

ese murmullo de olas mansas, 

ese espacio tranquilo donde pensar mirando el mar, 

ese mismo mar que desplegaba su inagotable gama de azules brillantes, recién estrenados ese día, solo parecía, para nosotros…

Así es como dejamos también nosotros, con o sin querer –qué responsabilidad…- 

huella en nuestro entorno, 

en los caminos y direcciones que elegimos cada día, 

en las personas con las que nos cruzamos,

con lo que hacemos y dejamos de hacer, 

con lo que decimos, y con lo que callamos.

Rectifiquemos mil y una veces para ofrecer a los demás  nuestros mejor yo,

porque a la vez, nos lo ofreceremos a nosotros mismos, y comprobaremos,

de nuevo o como novedad, de qué somos capaces, y veremos al volver la vista

atrás,

esas huellas que van quedando y que vivirán durante mucho tiempo

en otras personas.

Cristina Ordóñez- Agosto 2012
seguirformandote@gmail.com 

No podía ser de otra forma...foto de mar y de huellas: