Hoy he tenido el placer de escuchar al juez Emilio Calatayud, porque es un gran comunicador y porque no tiene reparo alguno en llamar a las cosas por su nombre,y en términos totalmente llanos, asequibles al público en general.
Repitió varias veces en su intervención, de forma dura y a la vez, esperanzadora, que "el que la hace, la paga..."
También en varias ocasiones, comentó que la creencia de que a los menores "no les hacen nada"...es falsa, con ejemplos muy concretos, y plazos, como el de que pueden llegar a estar cinco días en dependencias policiales antes de procesarlos o dejarlos de nuevo en libertad.
Recordó que hay una Ley de Protección del Menor, que recoge en su articulo 154 una serie de derechos que tienen, pero que a menudo, se olvida que en otro articulo, el 155, son recogidas las también suyas, obligaciones, como ésta: Deberán obedecer a sus padres y respetarles...siempre. También queda plasmado el deber de contribuir al sostenimiento de las cargas familiares, en la medida de sus posibilidades, y que éstas, en entornos amables, son ayudar en casa y estudiar.
Comentó los delitos más comúnmente perpretados por los menores, llamando la atención los que provocan las denuncias de sus progenitores.
Recordó la gravedad de difundir imágenes por Internet, y el hecho de que el rastro digital dejado por años de conexión a redes sociales, no se borra...
Plasmó que la realidad de los jóvenes de hoy día en relación con las drogas, no es de usos exclusivos de unas sustancias u otras, sino que estamos ante un poli-consumidor, que empieza en edades muy tempranas con una de ellas, y va sumando, provocando que antes de la mayoría de edad, se pueda encontrar a personas ya físicamente muy trastornadas en todos los sentidos, fundamentalmente, en el mental.
Una dosis de "realidad social" muy buena, para recomendarnos a todos al final, después de responder muchas preguntas de jóvenes ansiosos por saber, que cumplamos las normas y que seamos, en el mejor sentido de la palabra como apuntaba A.Machado, buenos.
Gracias Emilio por acercarnos para prevenir, a una parte de lo que existe en esta sociedad nuestra y de la que no queremos ser parte.
Cristina Ordóñez Ballesteros
Febrero 2013
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