Hilvanando el destino

Hay personas sobre las que es muy difícil escribir, cuesta hacer una sinopsis de lo que han hecho, de lo que harán, en definitiva, de lo que son.

Eso ocurre con Concha Casas que acaba de presentar en Madrid su última novela, "Hilvanando el destino".
Les dejo aquí un resumen de su contenido:

Antonio,  joven madrileño cercano a los cuarenta, es víctima como tantos otros,  de la crisis financiera que asola el planeta.

Ahogado por una hipoteca y una relación que hace aguas, decide probar suerte al volante de un taxi que se convertirá para él en una especie de cueva de las maravillas, donde se irá tejiendo su destino.

Una serie de increíbles coincidencias lo harán recobrar una olvidada afición: la escritura y a través de sus clientes irá esbozando una novela de la que sin él saberlo, se convertirá en el principal protagonista.

A través de los distintos personajes, se irán entrelazando historias reales y de ficción en las que al final, como casi  siempre, las primeras superarán a las segundas.

Comienza la novela en un paisaje urbano con todas sus luces y sus sombras, para terminar inserto, del más misterioso de los modos, en el mundo   rural.   

A Concha la conocí hace pocos años, detrás de su mesa, en la Biblioteca que con tanta ilusión y empuje, logró crear en un pueblito entrañable -el de mis largos veranos de infancia y adolescencia- de la costa granadina. No fue hasta mucho después que me enteré, buscándola en internet, de su trayectoria como escritora así  como de los premios y reconocimientos recibidos.

A raíz de una pregunta sobre alguna novela para leer esas vacaciones, surgió una conversación y esa gran amistad, que además, me animó a empezar a mostrar mis escritos a través de la revista GEA, fundada por ella.

Con mucho cariño y admiración por seguir innovando con su nueva "criatura", les animo a leer también, sus otras novelas, y despido este post, con una canción preciosa que siempre que la escucho, me hace pensar en  su ciudad natal, Madrid, a la que tanto cariño le tengo, porque como a Carlos Goñi...me trató bien...:

Cristina Ordóñez

Octubre 2012